jueves, 17 de noviembre de 2016

Nunca es suficiente

Quizás nunca lleguemos a tener suficiente.
Se desliza tímidamente un "ojalá"
por la punta de la lengua que queda aún por decir en voz alta.
Porque no nos basta en conformarnos
y siempre querremos más,
es así.
Amantes de la complicación,
del desequilibro
y de buscar alguien que nos de cuerda como a un reloj para volvernos algo menos cuerdos.
A la adrenalina que nos haga olvidar
tan solo unos minutos,
mientras nos duele y mata a la vez,
Como si se tratase de puro masoquismo.
Se podría comparar con el paquete de malboro que reposa encima de la mesa,
Juego a tentarlo para que se abra y así pueda desvanecerme con el humo de un cigarro una vez más.
Como cuando te acercas a unos labios prohibidos y quieres traspasar esos centímetros
pero tener la sensación de no tener esa fuerza de voluntad para frenar.
Pensar que no puedes pero la cuestión está en que si puedes, pero no quieres.
La lucha siempre estará en el debo y el quiero.
Hagamos que el quiero gane ese pulso por una vez.
Porque nos gusta lo prohibido, lo complicado,
lo que no consigue encajar,
pero sigues tu ahí, queriendo intentar lo imposible, todo aquello que supone un reto para ti.
Y es que quizás es eso, lo que nos mantiene vivos.
Por eso nunca tenemos suficiente
y noviembre vuelve,
tan solo necesitamos sentirnos un poco humanos de vez en cuando,
y por lo tanto,
equivocarnos.
Así que vamos a romper reglas por una vez,
meteremos la pata pero al menos no nos quedaremos con las ganas.
Hagámos lo que nunca hubiésemos hecho
y rompámos estereotipos,
Que cuelguen del techo.
Vamos a dejar de privarnos y
atrevernos a coger billete solo de ida,  mírame a los ojos y dime realmente, quién sabe de la vida.

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