lunes, 4 de abril de 2016

nada permanece

A día de hoy, cosas que me importaban ayer, hoy lo han dejado de hacer. Tengo que decir que nada es para siempre, todo lo bueno acaba sí, pero lo malo también termina. Nada es permanente, nunca dura para siempre. El dolor que se siente se desvanece con el aire, alejándose lentamente como una desorientada pluma.  Que el tiempo, arrastrado por el viento, arrasa con todo. Y con él se lleva cada lágrima caída por mis mejillas, asegurando un futuro lleno de sinceras sonrisas.
Que mi vida da más vueltas que la puerta de un hotel y da más giros que una montaña rusa, pero me gusta así, con sus pros y sus contras.Y sólo sé que quiero ser feliz, feliz con muy poco. Con tan solo ver que hay gente a mi alrededor y que realmente hay personas por las que vale la pena apostar por ellas, por haberme aguantado cuando ni mis talones lo hacían. Esa gente que sabe cómo llenar ese vacío, que me levantan antes de haberme caído.
Y la verdad esque creo que no hay manera más bonita de ser feliz que por los que siguen a tu lado cada día. Que ahora sé que mi sonrisa no se la voy a regalar a cualquiera, tan solo a los que realmente se la merezcan.
Pero por encima de todo, estoy aprendiendo a valorarme. Voy a empezar a mirar por mi, a quererme y a no hacerme daño esperando momentos que en el fondo sé que nunca iban a llegar. A aprovechar mi tiempo y no malgastarlo en cosas que no valen la pena, porque somos el tiempo que nos queda. Es un camino largo por construir y cuando miro hacia atrás cada vez veo más huellas dibujadas por mis pisadas encima de esta espesa arena, así que no pienso darme la vuelta. Porque lo que está por venir será mejor que lo que se ha ido.
Después de este descanso, mis pisadas serán más fuertes y más consistentes. Que dejaré de cojer atajos que no hacen más que perder mi norte y mi brújula, ya rota de tantas vueltas, aunque no inútiles, siempre sé aprender de mis errores. Voy a seguir mi camino por otra carretera, quizás más larga pero también más segura. Empezar de nuevo sólo depende de mi, así que lo voy apostar todo al trece, para ver si hoy llega la suerte y me hace definitivamente olvidarme de ti. Porque nada es para siempre, ni siquiera tú. Ni siquiera tu recuerdo en mí.