domingo, 11 de septiembre de 2016

Última noche

Última noche de verano, Ed Sheeran sonando en mis auriculares y recuerdos que no paran de invadir mi mente. El sonido de las risas de esos días aún retumban en mis oídos y aún puedo oler la brisa que traían las olas de aquel día caluroso. La sensación de no saber en que día vivimos, esa incerteza. Siento aún en mi piel el último abrazo y mi último adiós a media voz. Nunca se me han dado bien las despedidas. Tal vez ni los cambios, ni el volver a la rutina que tanto nos atrapa. Ni siquiera he llevado bien el echar de menos. Entonces es cuando el viejo miedo vuelve, el miedo a caer de nuevo, a perderme, a descarrilarme. A desaparecer y no volver a ser yo, a cerrarme en mí y a verlo todo gris.
Pero no, esta vez todo será diferente. Suelo olvidar que somos seres creados y capacitados para pasar página y luchar con todo lo que se oponga porque nadie dijo que iba a ser fácil, pero si que valdría la pena. Y con eso me basta. Me basta para decir que mañana será un bonito día para empezar de nuevo, porque el secreto está en las ganas. Un bonito día para brillar con luz propia. Se cierran etapas, se abren de otras; y así siempre. Así que no me voy a hundir en un mar de lagrimas por dejar instantes atrás que quizás no volverán, o que ya no será igual. Pero todo acaba volviendo, todo va y viene. 
Simplemente tenemos que fijarnos en los detalles, para darnos cuenta de que realmente lo que importa siempre seguirá ahí.