viernes, 15 de julio de 2016

Sé mi luz, enciende mi noche

Perdida. Es la primera y mejor palabra que se me pasa por la cabeza en estos instantes, que puede definir mejor la situación en la que me encontraba hace tan solo unos días.
 Perdida en un mundo en el que me he sentido pequeña, insignificante. Insignificante delante de la inmensidad que supone vivir.
También nostálgica. No hay peor nostalgia que la de perderse a sí mismo. Nostálgica del yo que era antes. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas formando un caos interminable pero me empeñaba en pensar en que todo iba bien.Viviendo a medias, estar pero no acabar de ser, sonriendo ante dificultades sabiendo que en muchas ocasiones se escondía en mi pecho una flor marchitada, sin saber exactamente el porque de sus pétalos caídos.
 Con tantas ganas de decir tanto pero a la vez sin encontrar las palabras precisas, sin saber qué argumentos podía soltar para poner nombre a todos esos sentimientos. Tal vez porque seguramente no los había. No había argumentos para eso, nadie lo hubiese entendido, estoy segura. Ni yo misma lo hacía. Pero sin saberlo seguía viviendo con un corazón medio vacío en el pecho. No me considero una chica infeliz ni mucho menos, pero había un hueco dentro de mi que no se conseguía llenar. Una espina clavada que no me dejaba avanzar.
Pero esta vez no hay culpables. Siempre he estado echando culpas para justificar todo este desastre, cuando en realidad la única culpable soy yo. Por ir por el camino fácil, manteniendo los ojos cerrados ante una luz cegadora y tapándome los oídos por no querer oír mi realidad. No hacía más que limitarme a caminar cuando estaba capacitada para volar.
 Pues sí, quedarse en la zona de confort es lo más sencillo. Pero yo no pido que sea fácil, pido que valga la pena.
Y ahí es cuando me dí cuenta de que te necesito en mi vida, que necesitaba de ti, de tu ser. Que podías llegar a ser ese espacio que llena mi vacío y quiero encontrar mi camino a través de Ti, porque sino dejaría de tener sentido como antes. Empieza a ser duro andar en soledad y es difícil crecer si tu no estás. Porque tu locura es querer, amar sin medida, al que nada tiene y al que nadie espera. Quizás te llamaron loco, pero yo me atrevo a dar un paso al frente de esta locura. Y ahora sólo sé que quiero seguir tus pasos, seguir esas huellas imborrables que has ido dejando. Que seas esa luz que encienda mi noche.
No se donde comienzas tú y tampoco se donde termino yo, pero mi entorno se llenó de ti.
Y ahora lo entiendo, todo a cobrado su sentido; me faltaba esa estabilidad y equilibro que Tú solo me ofreces y quizás nada cambiaría quiero estar así, muriendo cada día para verte en mí. Porque en mi debilidad me haces fuerte, y más allá de mis miedos y de mi inseguridad quiero darte mi respuesta. Y ahora que me voy, sé que yendo contigo nada me inquieta y por fin marcho con esa paz y fuerza; que cada mañana será nueva.
He estado en período de búsqueda durante todo este tiempo y al fin y al cabo creo que perderme ha sido lo mejor que me hubiese podido pasar, porque sino no te hubiese podido encontrar. Nunca es tarde para que de un momento al otro las cosas se empiecen a accionar.
Dicho todo, voy a remarcarte que esto no son tan solo simples palabras huecas escritas en un miserable trozo de papel, Porque siento que eres un huracán que remueve mi vida y que con tu brisa sanas mis heridas.
Y es aquí donde empieza mi promesa.