martes, 21 de junio de 2016

Verano

Aveces me pregunto como puede caber algo tan significante como los sentimientos en una simple palabra. En como en tan solo unas letras combinadas se puede esconder algo tan grande como momentos, instantes que permanecerán ahí y que formarán parte de un capítulo destacado más de un libro del que escribes cada día y del que tú mismo eres el autor.
Como si con esa palabra pudieses hacer sonreír a miles de personas con tan solo pronunciarla.
Como si en ella se pudiese concentrar todo lo bueno que hay en esta vida.
Hoy, día 21 de junio, dejarme deciros que por fin ha llegado el tiempo más deseado, el queridísimo verano. Verano. Que dulce suena en tan solo pensarlo. Que lejos parecía que estaba hace tan solo unos meses cuando llevábamos abrigo y el frío se apoderaba de nosotros. Y ahora sin embargo que cerca está, tan cerca que lo puedo tocar con la yema de los dedos al saltar.
No hago más que pensar en todo el tiempo de desconexión, de irte a dormir a la hora que te apetezca y levantarte al día siguiente a la hora de comer. De comer lo que te dé la gana con la escusa de que al día siguiente empezarás a comer más sano. Pero a quién vamos a engañar? Si es tiempo de experimentar, de meter la pata mil veces y luego arrepentirte, de hacer a un lado todos esos apuntes y exámenes que parecían inacabables. Pero aquí estamos una vez más. Otro curso terminado que con el me llevaré a todas esas personas que he conocido, también me voy a guardar cada momento que pensaba que me iba a caer, cuando en realidad si caí solo fue para coger impulso y poder llegar más lejos. Dejamos atrás tiempo que no va a volver, preocupaciones que ayer importaban tanto y hoy son inexistentes.
Sí, todo llega para el que sabe esperar. Y al fin ha llegado nuestro momento, el momento de conocer a personas distintas con diferentes formas de pensar, de darlo todo en una noche y al día siguiente despertarte con la mente vacía y recordando solo el ritmo de la música retumbando en tus oídos. De correr por la playa disfrutando de las pequeñas cosas, de instantes en el que te sientes infinitamente feliz. Tiempo de reírse a carcajadas y de ser tú mismo. De hacer locuras, de tener ideas, correr riesgos y de pasar aventuras. Tiempo en que tus ojos solo conocen el color azul del mar y del cielo, y el amarillo del Sol bronceando tu piel.
Tiempo de quererte a ti mismo y a todos los que te envuelven. Pero sobretodo, tiempo de sentirte viva, porque al fin y al cabo somos solo humanos. Humanos que queremos ser feliz, así que, ya podemos romper cada cuerda que nos mantenía atada a la rutina del día a día. Tenemos edad para comernos el mundo y no la cabeza con tonterías que mañana no serán más que una anécdota así que, ahora es tiempo de todo, menos de arrepentirse.
Porque este, este es nuestro tiempo y nadie nos lo va a poder quitar.

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